En situación

 ¿Quién no ha sufrido mal de amorres? De una manera u otra, no todos lo sentimos igual, ni nos afecta de la misma manera; hace relativamente poco tiempo rompí con mi pareja, no fue un mutuo acuerdo, simplemente la otra parte tomo la decisión de que yo ya no era lo suficientemente importante para seguir haciendo el camino juntos. Aunque los dos en un momento determinado, cada uno por su lado, sabíamos que esto llegaría; pero eso solo es lo que tu mente piensa, no lo que luego tu corazón revela.
 
Caí en una espiral de emociones; llego un momento en el que no sabía donde encontrar el rumbo, he perdido la noción de muchas cosas, no me da vergüenza decir que no podía levantarme de la cama y mucho menos salir a la calle… seguramente pensareis por qué no fui a un especialista, pero para mi desgracia me cuesta mucho pedir ayuda; defecto de las personas que nos creemos autosuficientes. ERROR hay momentos en los que pedir ayuda no es malo, no es vergonzoso y cuando lo haces te sientes genial, hazme caso y pruébalo
 
Pero, como buena Tauro, soy cabezona y me costo semanas darme cuenta que necesitaba ayuda.  Recuerdo una tarde-noche en la que el respirar se hacía insoportable, notaba como el aire no entraba y algo acabaría mal; por suerte en ese momento tenía una persona muy especial para mi, (omitiré ese dato por privacidad) y le dije: “tengo un problema necesito hablar” se quedó a cuadros, no creo que esperara eso de mí, y como un tsunami mis lagrimas y la respiración entrecortada salieron de mí y saque todo el dolor que tenía en esos momentos.
 
Te dan consejos, que en ese momento no quieres escucharlos, porque no te dicen lo que tu quieres escuchar, pero que PAZ después de un par de horas de hacerte reflexionar. Esa noche pude dormir, pude dar un pequeño paso hacia un nuevo futuro, no el futuro que yo esperaba, será otro diferente, pero tengo un camino muy largo por hacer y sobretodo un camino por emprender, e intentar que sea lo mejor posible, por mi y por los demás.
No soy una persona fácil de llevar o comprender, o quizá me lo han hecho creer así, pero quien dice que eso no puede cambiar…. Ese día a pesar de sentir el mismo dolor, la misma pena… mi visión empezó a construir algo nuevo dentro de mi. No renunció a nada, solo quiero mejorar; sé que saldré fortalecida aun sintiendo ese dolor, pero aprenderé a llevarlo.
 
Si estas en mi situación, piénsalo, aunque duele horrores, quien dice que no podemos??? Quieres contarme tu historia, me encantaría compartirlo contigo.

Latidos del corazón, nace de una experiencia personal. No soy profesional de este medio, ni de ningún otro, a excepción de mi trabajo; que nada tiene que ver con esto; no tengo un lenguaje y léxico cultivado ni un guion de escritura. Solo soy una persona normal y corriente, como muchas que podrás encontrar mientras paseas por las calles de tu ciudad o de tu pueblo, incluso de tu mente. Y como tantas personas de este mundo, que atraviesa por circunstancias que oprimen, liberan, que hacen correr un torbellino de emociones buenas y malas, personas que se plantean el todo y el nada. 

Pensaras, que narices hace esta ahora escribiendo!!! Voy a expresar y  sacar todo lo que tengo dentro, y sé que muchos estamos en situaciones complejas, y nos sentimos la personita más pequeña del mundo. Si quieres que hablemos de tu historia o quieres que la cuente; o te apetece hable de cualquiera otra cosa, para eso y mucho más estoy aquí contigo

 

Esto no entiende de género, solo de personas que en un momento determinado de la vida no ven esa luz que todos tenemos en nuestro interior y que solo tememos que saber como hacerla brotar